El aceite de orégano es uno de los más potentes y efectivos remedios antisépticos naturales.
El principio activo que le confiere estas propiedades es el carvacrol, un fenol que se encuentra en la planta en concentraciones que oscilan del 30 al 87 por ciento.
Un alto porcentaje de carvacol obtenido por destilación no implica mayor efectividad terapéutica, pues esta procede de la delicada sinergia creada por la naturaleza y en la que intervienen otros componentes del orégano.
Fungicida, antibiótico, antioxidante y estimulante del sistema inmunitario, el aceite de orégano es un poderoso aliado en el botiquín con cualquiera de estos usos:
El carvacrol, principio activo más potente del aceite esencial, es eficaz contra la peligrosa bacteria resistente a la meticilina (conocida como MRSA).
Además estimula el sistema inmunológico, por lo que es ideal para superar resfriados, gripes y herpes.
Un simple baño de pies es eficaz para tratar la infección con el común hongo pie de atleta (Tinea pedis), según una investigación de la Universidad de Tokio (Japón).
Su aplicación local permite también eliminar las verrugas y previene la aparición de ampollas. Ya que además resulta anestésico, acelera la curación de las heridas.
En tubo de ensayo, el aceite de orégano fue capaz de eliminar el hongo Candida glabata, resistente al tratamiento con fluconazol, según una investigación realizada en la Universidad Federal de Santa Maria (Brasil).
El carvacrol es un antioxidante con efecto anticancerígeno, sobre todo ante el cáncer de colon. En la Universidad Harbin (China) se estudia incluso su uso como agente terapéutico.
Varios estudios han probado la capacidad del aceite de orégano para reducir el dolor de golpes, esguinces, tendinitis y artritis. También posee efecto antiinflamatorio: está especialmente indicado para la inflamación de las encías.
El orégano aumenta la actividad de la dopamina y la serotonina. Ambos neurotransmisores están relacionados con el estado de ánimo positivo. Su deficiencia es causa de depresión.
La dosis varía en función de la patología, NUNCA CONSUMIRLO en forma pura, ya que su alta concentracion puede provocar quemaduras, diluir siempre en algun otro aceite o en otro liquido antes de tomarlo.
Es importante saber que al eliminar cualquier elemento patógeno del organismo aumentan las toxinas en el torrente sanguíneo, las cuales provocan sensación de fatiga, irritaciones de la piel, etc. Es señal de que el cuerpo se está detoxificando.
Si los síntomas mencionados son muy molestos, es conveniente reducir el consumo de aceite de orégano, beber agua y, una vez hayan desaparecido, volver a aumentar la dosis. Beber de 8 a 12 vasos de agua mineral al día ayuda a eliminarlas más rápidamente.
En cuanto a su aplicación local, las personas de piel sensible es mejor que diluyan una gota de aceite de orégano, aunque este ya venga previamente diluido, en 3 a 5 gotas de aceite de chía, almendra u oliva para rebajar aún más su posible efecto irritativo.
Se evitará siempre el contacto con ojos y membranas mucosas.
PORCENTAJE APROX CARVACROL: 60%